
Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.

Entonces le pregunté extrañado.
-Y si ya no sabe quién es usted,¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo:"Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella".
Tuve que conternerme las lágrimas mientras salía y pensé:"Esa es la clase de amor que quiero para mi vida. El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya nunca podrá ser.

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